Trampeo: colocación estratégica de trampas diseñadas para capturar y controlar las plagas de manera segura. Estas trampas están diseñadas de manera inteligente, utilizando señuelos o cebo atractivo que atraen a las plagas hacia ellas. Una vez que las plagas entran en las trampas, quedan atrapadas de forma segura, sin la necesidad de utilizar productos químicos agresivos.

Espolvoreo: es un método de control de plagas que consiste en la aplicación de polvos sobre áreas infestadas o propensas a la presencia de plagas. Estos polvos contienen ingredientes activos que tienen propiedades insecticidas, fungicidas o repelentes, dependiendo del tipo de plaga y el objetivo del tratamiento.

Fumigación a gas: proceso de fumigación que se lleva a cabo utilizando un gas específico. Estos gases son liberados en la estructura o área a tratar y penetran en todos los rincones, alcanzando incluso los lugares de difícil acceso donde las plagas pueden esconderse.

Nebulizado: consiste en la aplicación de un líquido insecticida en forma de finas partículas mediante un equipo de nebulización. Este método permite dispersar el insecticida de manera uniforme en el ambiente, creando una niebla fina que se propaga por el espacio tratado.

Termo-nebulizado: es una técnica rápida y eficaz que permite controlar plagas en áreas extensas y de difícil acceso. Proporciona una cobertura amplia y penetrante, lo que lo convierte en una opción ideal para el control de plagas en espacios comerciales, industriales o residenciales.

Aspersión: este proceso implica la aplicación de un insecticida líquido utilizando equipos de pulverización o aspersores. Esta técnica permite distribuir el insecticida de manera uniforme sobre las superficies y áreas afectadas por las plagas. Esta técnica es especialmente útil para el control de plagas en áreas exteriores, jardines, patios, parques y cultivos.